
Son muchos los factores que ocasionan una mala redacción. Sin embargo, existen algunos que son causan común de este problema. Entre ellos se destacan:
1. El
desconocimiento de estrategias o técnicas para redactar.
2. No conocer
bien las reglas ortográficas (puntuación, acentuación).
3. Carente
hábito de lectura.
4. No
utilizar el diccionario.
5. Falta
de motivación para escribir bien.

Todo lector espera que los textos de otros sean confiables. Esta cualidad está en juego cuando se observan escritos con mala ortografía. La buena redacción habla mucho de nuestra capacidad intelectual. Se puede decir que lo que escribimos es la medida de lo que sabemos.
El acto de redactar es considerado una de las tareas más difíciles y que requieren un gran nivel de responsabilidad, ya que a la hora de redactar estamos generando información. Es por ello que la buena redacción es considerada un arte. La palabra “arte” es equivalente al término griego téchne, de donde proviene la palabra técnica. Para producir escritos efectivos, necesitamos aplicar algunas técnicas.
ESTRATEGIAS O TÉCNICAS DE REDACCIÓN.
Al realizar una redacción u/o escrito, debemos de considerar lo siguiente:
1. Todo escrito tiene un sentido. Para conseguir el sentido de lo que vamos a escribir, debemos realizarnos las siguientes preguntas:
2. Debe ser preciso. Esto quiere decir que debemos “ir al grano”. Debemos utilizar un lenguaje sencillo y atractivo al lector. La esencia del contenido debe ir expresado en el primer párrafo. Para ser precisos debemos responder a las siguientes preguntas: ¿Qué?, ¿Dónde?; ¿Cuándo?; ¿Quién?; ¿Por qué?; ¿Cómo?
3. Debe ser coherente. El texto debe ser interpretado como una unidad de información, percibido de una forma clara y precisa por el receptor. Para ello se debe:
4. Debe tener cohesión: El texto debe tener una relación entre las oraciones. Esto permite apreciar las oraciones como un conjunto, el cual fortalece la comprensión. Luego del escribir el primer párrafo, los párrafos subsiguientes deben ir ampliando sobre la temática a tratar.
5. Evitar redundancias y verborrea. Siempre que terminamos de escribir algo, debemos preguntarnos ¿Qué puedo eliminar?, luego leerlo y preguntárnoslo de nuevo. Esto nos permitirá detectar las palabras redundantes. Muchas veces se incluye información innecesaria y repetimos palabras que sobrecargan el escrito.
6. Utilizar correctamente las normas de ortografía, así como acentuación y signos de puntuación.
· Dequeísmo. Se utiliza para enlazar un verbo con un complemento.
· Cosismo. Uso exagerado del sustantivo “cosa”. Así mismo se utilizan las palabras “eso”, “algo” y “esto”.
· Abuso del Donde. Es una forma abusiva para indicar una ubicación o que ocurrirá un acontecimiento.
MOTIVARNOS A ESCRIBIR MEJOR.
Somos responsables de transmitir a las generaciones venideras, las riquezas de nuestro lenguaje. Es quizás uno de los mayores legados que les podemos dejar. Como transmisores de información y conocimiento, debemos de encontrar en esta razón, la motivación suficiente para producir escritos de alta calidad. Escribir y redactar bien es un arte. Somos los artistas de la información y la comunicación escrita.
“La escritura de siempre se acompaña con el crecimiento del ser humano. Hay quien sin duda la pondría entre los grandes inventos de la historia humana. La palabra hablada tiene un valor fundamental en nuestra historia, pero la palabra escrita, no sólo tiene el poder de “permanecer”, también nos da la oportunidad de ponernos delante de nosotros mismos, porque una vez que hemos escrito algo, releyéndolo podemos vernos desde fuera; esto nos puede ayudar a mejorar, siempre que tengamos ganas”.
Tomado del libro: LA VERDAD SOBRE EL CASO DE HARRY QUEBERT
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